sábado, 1 de septiembre de 2007

Nada...

Nada, la nada en si misma. Solemos tener esos momentos en los que la nada misma se apodera de todo nuestro actuar. La nada que es tan sencillamente nada, por momentos consigue que estemos a su disposición.
Sin desearla en algún momento ella se presenta. Y seguramente cuando menos la necesitamos. La nada, tiene esa poderosa virtud de aparecer en nuestras vidas en los momentos menos oportunos. En los momentos que conseguimos plantearnos esas metas que tanto deseamos, aparece la nada, con todas sus ganas. Tenemos la capacidad de ver todo lo que tenemos que hacer y queremos hacer. Pero algo que no podemos controlar, la nada misma, se apodera de nosotros dejándonos sin ganas de nada. Comenzamos a desesperarnos cuando no hacemos nada por nada. Solo luego de que la nada a conseguido su objetivo, perturbarnos e interceder en nuestro camino, recién hay es cuando se retira. Pero ya es tarde como para encarar el camino que perseguíamos.
Hay nada, nada… por que existís? Por que te cruzas en nuestro camino? Estoy seguro que las respuestas son obvias. Existe por que es nada, y se cruza en nuestro camino para nada.
Solo con los años, me han contado, se consigue dominarla, y hacer que ella se presente solo cuando nosotros se lo permitimos. Es en ese momento que se presenta para nada.
La verdad que la nada en si misma no es nada. Pero en nuestras vidas es algo más que nada y seguramente nos tocara lidiar en contra de su voluntas. No es por nada pero Son Rachas.

No hay comentarios: